En esa hora maldita

En esa hora maldita

sábado, 14 de febrero de 2015

De Amores y Desamores

Lanzando un suspiro miró por la ventana. Ya era de noche. La noche de San Valentín. Mientras lo pensaba sientía como algo le oprimía el pecho. Sabía perfectamente que era ese algo. Eran los trozos que quedaban de su corazón roto y que esa noche dolían un poco más. No por la persona que lo hizo pedazos, no. Eso ya era historia. Dolían porque no era justo. Porque no se merecía depositar en alguien tanta confianza para acabar recibiendo tanta tristeza. Por eso dolía. Reprimiendo como pudo una lagrimita empezó a poner la mesa para cenar. Cena para uno en la noche de San Valentín. Suspiró otra vez. Se prometió que nunca más le pasaría, que jamás volvería a dejar que alguien la destrozara así. Nadie, a partir de ahora tendriá su corazón. Nadie. Nunca más.
La soledad se hacía insoportable por momentos y cogió el teléfono pensando a quien podría molestar un rato pues no quería aguar la noche a la gente enamorada que la celebraba entre risas y besos. Abrió un chat en facebook  y se obligó a sonreir, seguro que Carlos tenía un juego de palabras para ella, que la hiciera reir.
-¿Estas ahí?- tecleó, deseando que la respuesta fuera afirmativa
-Claro, donde si no. ¿Estas bien? ¿Que tal la noche?- Contesto Carlos casi al momento.
-¡Bah! Paso de San Valentín. A mi no me atrapan más.
-Pues me parece muy mal.
-Dejaron mi corazón hecho añicos. ¿Que sabrás tú lo que duele esto?
-Igual sé lo mismo que tú. Te recuerdo que lo mismo hicieron con el mío.
-¿Y no te parece que se está mejor solo?
-Pues depende. Mira sé de gente que prefiere vivir sola, pero esa gente ha vivido siempre así. Son así. El resto de la gente que conozco que dice preferir una vida en solitario, es tan solo porque les ha salido mál uno (o varios) proyectos de vida en común. Esa gente no quiere vivir sola, simplemente el miedo a volver a fracasar no les deja volver a intentarlo. Es un poco como  las uvas verdes de la fábula del zorro que no las alcanzaba. Se convencen de que es mejor estar solo y así no tienen que volver a probar suerte.
-¿Y tú...?
-No, yo nunca he dicho que esté mejor solo. Algún dia llegará, espero, la persona que me soporte. -Carlos tecleo unos emoticones de risas y volvió al tema -Pero no pienso dejar que aquella mujer que destrozó mi pasado arruine también mi futuro en forma de miedo a tener otro amor. ¿Tú vas a permitirlo?
-Mi corazón aún esta hecho pedazos.
-Pues recomponlo. Mira, de lo que yo veo por ahí, la gente tras una ruptura se desmelena, hace mil viajes, va a mil fiestas a las que antes no iría, mil conciertos...como si no hubieran tenido vida hasta ese momento,  parece que tienen que convencerse de que están mejor que nunca, porque ni ellos mismos se lo creen. Yo creo que todo es bastante más sencillo. Basta con seguir viviendo, basta con no dejar de ser tú. Abre los ojos y mira a tu alrededor. Verás que hay gente buena que son capaces de hacerte reir, de abrazarte, de valorarte...de amarte. No te niegues a seguir viviendo. No le des el poder, a quien destrozó tu pasado, de influir también en tu futuro. No lo merece. En fin, o eso creo yo, pero que sabré de estas cosas... -Otra batería de emoticones graciosos invadieron la pantalla y ella no pudo evitar sonreir. Carlos era así. Se ponía trascendente y serio y al minuto era capaz de hacerte reir quitándole hierro al asunto. Se lo agradeció de todo corazón.
-Muy bien- escribió -Voy a cenar y luego veré alguna película.
-Estupendo- contestó Carlos -No te pongas una de amor, hasta que estés segura de que no te dan alergia...
Volvió a reir al tiempo que se sentaba a la mesa. No pudo dejar de sonreir en  toda la cena. Hablar con Carlos siempre le sentaba bien.
Mientras quemaba la noche viendo películas se dijo que tal vez sí. Tal vez lo único que había que hacer era seguir viviendo y no negarse a ver toda la gente que valía la pena y que la vida cruzaba en su camino. A fín de cuentas, si el destino los ponía allí, por algo sería.
Al irse a dormir se prometió quitar de su corazón el cartel de "cerrado por derribo" y sintió que los pedazos se juntaban otra vez. Aún quedaban grietas, naturalmente y quizá alguna no se cerraría nunca, pero eso no le impediría disfrutar la vida y no dejaría de buscar a la persona adecuada para compartirla. "-No tardes en ponermela delante, Señor Destino. Cuanto antes mejor"- Se dijo.
Se quedó dormida sin darse cuenta.Lo último que pensó fué "Gracias Carlos" y sus labios dibujaron una sonrisa. 
En ese mismo instante, lejos de allí , Carlos se servía un Gin Tonic de Nordés para disfrutarlo leyendo un buen libro. Sin saber por qué  sonrió y susurró con voz imperceptible: "De nada, dulces sueños".
Ninguno de los dos lo sabía, pero el destino ya había jugado sus cartas.

6 comentarios:

  1. Me gustó mucho la historia. Carlos pudo reconfortar a su amiga con palabras sabias. El final también me encantó :))
    Feliz domingo!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Alejandra, feliz domingo para tí. Abrazos :)

      Eliminar
  2. Una historia de amor sin amor (de momento) :)

    Un abrazo!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es lo que tiene el destino juguetón... a veces ni eres consciente de como juega contigo. Cuanto debe reirse a nuestra costa ;)
      Un abrazo Julia

      Eliminar
  3. Ay, Señor Destino, que picaruelo! Muy bueno Eduardo, un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un tunante que se aburre y nos usa de marionetas, es el Señor Destino ;) Un abrazo Maria

      Eliminar