En esa hora maldita

En esa hora maldita

sábado, 19 de marzo de 2016

Lluéveme

Esta tarde la lluvia de primavera repica en los cristales. Cuánto se parece a ti la lluvia que cae fresca y alegre regalando vida por todas partes, Me encanta esa manera en que me pilla desprevenido cuando en un momento llega y me empapa de arriba abajo, desde los cielos se tira en picado libre, directa y decidida hasta impactar en mi piel y envolverme por completo. La lluvia huele a sol, a cielo, a colores cálidos, al canto de mil pájaros extendidos sobre el azul celeste volviendo a su hogar tras pasar el invierno en tierras con un clima mas amable. Mi lluvia eres tú y como ella, apareces a veces como una tormenta de verano, torrencial y salvaje, arrollando todo lo que encuentras a tu paso y otras  como la lluvia de primavera, suave y persistente que no solo riega los campos sino que repica dulcemente en los cristales terminando en un arco iris que me hace cosquillas en el alma y me arranca una sonrisa.
Mientras la lluvia toca magistralmente su melodía contra mi ventana pienso que tal vez debiera llamarte y contarte que me muero de ganas de empaparme de ti y de que tu piel se derrame sobre la mía como el agua de lluvia en primavera hasta acabar sucumbiendo los dos a la fuerza fiera de  una tormenta de verano. Con lluvias como tú los paraguas deberían estar prohibidos. Anda ven, ven y lluéveme.

viernes, 18 de marzo de 2016

De fantasmas, monstruos y sombras

A veces no se muy bien que esperas de mí, que soy para ti o que quieres que sea.
Reconozco que tienes la extraña capacidad de desordenar mi orden, de derribar mi frágil seguridad construida a base de fría razón y conocimientos técnicos. De un plumazo haces astillas mi fuerte de palillos y me dejas temblando y desprotegido, rendido ante tu mirada, esclavo de la cadencia de tu respiración y siento que mi pulso se acompasa con el tuyo, que los latidos en mi pecho, son el eco  de los que suenan en el tuyo. Esa sensación de perder el control de mis pensamientos, esa zozobra de mi esencia tan celosamente guardada hace que me sienta extremadamente vulnerable, pero aún muerto de miedo me planto decidido ante la puerta de tu mansión encantada deseando entrar  y mirar cara a cara a tus fantasmas y sostenerles la mirada a los monstruos de tu armario, esos que no te dejan dormir, porque se que en ese momento, detrás de todos las pesadillas que te atormentan, gritarás fuerte que me quieres y aunque no sea capaz de hacer que olvides tus malos sueños, los soñaré contigo, que siempre hablamos del amor pensando en compartir  nuestras cosas bonitas y  el amor de verdad es, muchas veces, la capacidad y las ganas de ir juntos de la mano, al encuentro de las sombras que nos acompañan. El amor es decisión y yo decido, cariño aceptar tus sombras como si fueran mías y no ocultarte las que yo llevo a cuestas. Estoy llamando a la puerta de tu castillo embrujado... ¿Abres?

Fdo: Carlos

La huella de mi caricia

"...y mientras todos piensan en poner sus manos sobre tu cuerpo, yo escribo un verso y lo hundo en tu corazón intentado alcanzar tu  piel por la parte de dentro, para que ninguna otra mano pueda borrar jamás la huella de mi caricia."