En esa hora maldita

En esa hora maldita

viernes, 18 de marzo de 2016

De fantasmas, monstruos y sombras

A veces no se muy bien que esperas de mí, que soy para ti o que quieres que sea.
Reconozco que tienes la extraña capacidad de desordenar mi orden, de derribar mi frágil seguridad construida a base de fría razón y conocimientos técnicos. De un plumazo haces astillas mi fuerte de palillos y me dejas temblando y desprotegido, rendido ante tu mirada, esclavo de la cadencia de tu respiración y siento que mi pulso se acompasa con el tuyo, que los latidos en mi pecho, son el eco  de los que suenan en el tuyo. Esa sensación de perder el control de mis pensamientos, esa zozobra de mi esencia tan celosamente guardada hace que me sienta extremadamente vulnerable, pero aún muerto de miedo me planto decidido ante la puerta de tu mansión encantada deseando entrar  y mirar cara a cara a tus fantasmas y sostenerles la mirada a los monstruos de tu armario, esos que no te dejan dormir, porque se que en ese momento, detrás de todos las pesadillas que te atormentan, gritarás fuerte que me quieres y aunque no sea capaz de hacer que olvides tus malos sueños, los soñaré contigo, que siempre hablamos del amor pensando en compartir  nuestras cosas bonitas y  el amor de verdad es, muchas veces, la capacidad y las ganas de ir juntos de la mano, al encuentro de las sombras que nos acompañan. El amor es decisión y yo decido, cariño aceptar tus sombras como si fueran mías y no ocultarte las que yo llevo a cuestas. Estoy llamando a la puerta de tu castillo embrujado... ¿Abres?

Fdo: Carlos

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